HISTORIAS
Ariel
Ariel, un joven de 17 años, estaba en recuperación después de un tratamiento contra el cáncer. Como parte de su proceso personal, decidió dejarse el cabello largo, algo que le ayudaba emocionalmente y que había sido respaldado por un informe psicológico.
Sin embargo, su colegio le exigió cortarse el cabello para seguir asistiendo a clases, argumentando que su reglamento no permitía a los hombres llevar el pelo largo o teñido. “Ariel” se negó y llevó el caso ante los tribunales.
Después de varios intentos fallidos, un tribunal constitucional falló a su favor, señalando que esa norma del colegio “violentaba el interés superior del menor”. Gracias a esa decisión, “Ariel” pudo continuar sus estudios sin modificar su apariencia.
La independencia judicial aseguró que los derechos de “Ariel” a la salud y a la educación no fueran vulnerados, demostrando que este principio es un hilo vital en el tejido de la justicia.